
A esta obra, la hemos llamado Caballo viejo, no tanto porque el caballo sea viejo, que no lo sabemos, sino por la base que hemos usado. La tabla de pino viejo sobre la que está montado el caballo, la rescatamos de un viejo pilón, en uno de nuestros paseos por un pequeño pueblo castellano. Alguien la había dejado allí, como si de un trasto más se tratese. Nosotros, la rescatamos, la limpiamos, la tratamos y la dimos vida. Ahora, podrá durar otros cien años más decorando cualquier rincón de una casa.
La silueta del caballo está hecha con recortes de un viejo palets, que también rescatamos de la hoguera.
En la parte de abajo, hemos añadido una pizarra, en la que hemos añadido un comentario que se puede usar para cualquier oportunidad.